Somos todes inmigrantes

Desde tiempos inmemorables, la humanidad ha viajado y migrado. El origen del proyecto se encuentra en la idea del derecho a la libre circulación y en la convicción de que nadie debería ser ilegal. Migrar no es una decisión fácil y a menudo no se hace por deseo. Las guerras, los conflictos sociales, las dictaduras y los problemas económicos son algunas de las razones que obligan a las personas a abandonar su hogar, su país y todo lo que conocen en busca de una vida mejor o simplemente para salvarce. Hace mucho tiempo, particularmente antes de mudarme a Europa, me siento preocupada por la cuestión de las fronteras, por la presión ejercida cuando se quieren cruzar, el miedo de ser expulsada, la detención en las aduanas, la sensación de estar detenida en algunos casos. Cuando llegué a Toulouse en octubre de 2018, empecé a escribir una pieza de circo y de teatro alrededor del mástil chino que titulé; “Somos todes inmigrantes”. Durante el año 2019, leí varios testimonios de refugiados y migrantes del mundo entero que me ayudaron a dar más forma a lo que pensaba hacer. Quiero trabajar con esta sensación de vertigo y de miedo en la garganta que siente alguien que se escapa en esperanza de llegar a un lugar donde vivir mejor, sabiendo que será considerado como “indeseable”. Me pregunto qué pasaría con aquellos/as que no son deseados, elles son rechazados y no pueden regresar, no tienen parte donde volver o ser deportades. Este el caso de Mehran Karimi Nasseri, un refugiado iraní que vivió 18 años en el aeropuerto de París-Charles de Gaulle.